martes, 4 de marzo de 2008
Entrevista - EUGENIO SUAREZ GALBAN-GUERRA
Entrevista realizada por Maldoror
Maldoror:
Yo siempre he encontrado difícil escribir sobre el mundo de las mujeres (si en realidad existe uno distinto, que más que esto supongo que es una percepción y una forma distinta de enfrentarse a éste, ni mejor ni peor, que la del hombre). El adentrarse en ese mundo, con sus sentimientos, sus frustraciones, sus sensaciones, necesita un cierto dominio del mismo. ¿Piensas que en “Cuando llevábamos un sueño en cada trenza” has plasmado realmente formas de pensar, de actuar, de sentir,… de ser mujeres en suma?
Eugenio Suárez Galbán:
La pregunta plantea el antiguo problema biográfico-literario que a mí me toca de frente, pues me crié literariamente en los años en que la Nueva Crítica planteaba la necesidad de mantenerse siempre dentro del texto, que es, en definitiva, lo importante.
Lo comparto, pero no al extremo de excluir forzosamente y siempre la biografía del autor. Flaubert – bisexual – escribió una máxima novela femenina, mientras que Lorca – gay – bordó sus personajes femeninos (hay quien dice por identificación debido a su condición gay) y Tolstoi – heterosexual, que sepamos – creó un personaje femenino extraordinario. Además, reaccionario y místico, los escritos de éste fueron utilizados por Lenin – sin forzar el texto – para justificar la Revolución bolchevique.
A lo que voy: no es necesario vivir lo que se escribe, máxime que se escribe desde la vida, sí, pero también desde la literatura, desde lo que se lee. En mi caso, creo que “Trenzas” responde a ambos motivos. “La vida perra de Juanita Narboni”, de Ángel Vázquez, me impactó sobremanera. La tuve que leer a destajo, sin embargo, pues pese a toda fascinación, me costaba ese monólogo interior de casi 400 páginas. Tras terminar “Los potros de bárbaros atilas”, donde experimenté con diferentes estilos – primera, tercera personas, lirismo, realismo escueto, realismo sicológico y fantástico etc. - consideré que necesitaba cambiar, so pena de empezar a repetirme. Siempre me ha intrigado – y preocupado - la idea de que un escritor escribe el mismo libro una y otra vez. Será verdad, pero no literal, sino que responde a los demonios que Faulkner decía exorcizamos al escribir (los que Vargas Llosa y Sábato después llamarían fantasmas).
Puedes seguir leyendo la entrevista aquí.
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