lunes, 27 de octubre de 2008

Presentación ÁNGELES DE WUKRO - SGAE

De izquierda a derecha: Ángel F. Fermoselle (editor de Kailas), Mayte Pérez Báez (autora), Ángel Olaran (misionero en Wukro), Baltasar Garzón (Magistrado-Juez de la Audiencia Nacional) y Vicente Romero (periodista de TVE).

Más de doscientas personas asistieron ayer lunes, día 20 de octubre, a la presentación del libro Ángeles de Wukro en la sede de la SGAE madrileña. La lucha contra la pobreza en un rincón de Etiopía es el tema central de esta obra de No Ficción escrita por la periodista Mayte Pérez Báez, cuyo protagonista en la sombra es el Padre Blanco Ángel Olaran, misionero en Wukro desde hace quince años.

En el acto estuvieron arropados por el veterano periodista de TVE Vicente Romero, que ha realizado varios capítulos de Informe Semanal sobre este enclave africano, así como por el Magistrado-Juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, y por el editor de Kailas, Ángel F. Fermoselle.

Los asistentes no sólo mostraron interés por las historias contenidas en Ángeles de Wukro, sino por las distintas maneras de cooperar en el proyecto puesto en marcha por Ángel Olaran para paliar la miseria a la que el sistema económico mundial ha condenado a África.

jueves, 23 de octubre de 2008

Lanzamiento - Como yo lo veo

COMO YO LO VEO
Will Davis

Kailas Colección Ficción
Traducción: Juan Varela
14 X 21 cm Rústica
Págs: 274
ISBN-13: 978-84-89624-44-3
Precio: 17,90 €
Octubre 2008

Jaz es un joven de dieciséis años, rebelde y homosexual. El matón de su instituto le odia, sus padres son una auténtica pesadilla y su hermana le parece tan estirada que la llama “la Monja”.

Por suerte, tiene una buena amiga, Alice, con la que acude al único bar gay donde les dejan entrar. Allí, Jaz encuentra al hombre de sus sueños, y entonces su ya complicada vida se tuerce aún más.

Las vivencias de Jaz conforman una historia divertida y desenfadada sobre la adolescencia, que nos muestra en primera persona una juventud incomprendida que lucha por entenderse a sí misma.

Lanzamiento - ¿Quién se acuerda de David Foenkinos? de David Foenkinos

¿QUIÉN SE ACUERDA DE DAVID FOENKINOS?
David Foenkinos

Kailas Colección Ficción
Traducción: Natalia Galiana.
14 X 21 cm Rústica
Págs: 232
ISBN-13: 978-84-89624-54-2
Precio: 17,90 €
Octubre 2008

David Foenkinos es un escritor francés de cuarenta años cuya inspiración, según afirma él mismo, parece haber emigrado a otro planeta.

Después de su gran éxito con El potencial erótico de mi mujer, publicó otras cuatro novelas que han pasado desapercibidas. ¿Qué ha sucedido?, se pregunta el autor en este libro. Él, que se sentía equiparado a los grandes literatos franceses por publicar en su misma editorial, que triunfaba entre las mujeres, que era aclamado en todos los ámbitos… ha caído en el más gris de los olvidos.

La novela propone una ingeniosa y divertidísima reflexión sobre la fama, el talento y el proceso de la escritura. Pero también habla de las relaciones amorosas, de los problemas con los hijos que maduran, del dinero y de las fobias y obsesiones que crecen en torno al fracaso.

lunes, 20 de octubre de 2008

Presentación ÁNGELES DE WUKRO en la SGAE (Madrid)

Esta tarde, día 20 de octubre de 2008, Kailas editorial presentará en Madrid el libro de Mayte Pérez Báez, Ángeles de Wukro. El acto tendrá lugar en la sede de la Sociedad General de Autores y Editores (Fernando VI, 4), en la sala Manuel de Falla. En la presentación, que comenzará a las 20 h., intervendrán, aparte de la autora, Ángel Olaran, Baltasar Garzón, Vicente Romero y Ángel Fernández Fermoselle.

Os esperamos a todos.

jueves, 9 de octubre de 2008

Lanzamiento - Ángeles de Wukro de Mayte Pérez

ÁNGELES DE WUKRO
La lucha contra la pobreza
en un rincón de Etiopía

Mayte Pérez Báez

Kailas Colección No Ficción
14 X 21 cm Rústica
Págs: 285
ISBN-13: 978-84-89624-51-1
Precio: 17,90 €
Octubre 2008


En Wukro, un lugar condenado a la miseria más extrema en el interior de Etiopía, el misionero español Ángel Olaran ilumina con su trabajo la vida de los más pobres, que, como el propio Olaran, aspiran a que se les permita acercarse a un futuro digno. Son los ángeles de Wukro.

Esta crónica periodística incluye, además de impresionantes relatos sobre los habitantes de este enclave, textos firmados por el prestigioso sociólogo Jean Ziegler, el juez Baltasar Garzón y el periodista Vicente Romero.

Sus páginas ofrecen la oportunidad de creer en algo, de constatar que pequeños milagros y pequeñas revoluciones todavía son posibles en los rincones más inesperados y olvidados del mundo donde se escenifican las injusticias más evidentes, en palabras de Vicente Romero.

Biografía autora: Mayte Pérez Báez es licenciada en Ciencias de la Información y Relaciones Internacionales. Ha trabajado como responsable de marketing y comunicación en la empresa privada y en organizaciones no gubernamentales. Como documentalista y editora, su último trabajo ha sido El alma de los verdugos, de Baltasar Garzón y Vicente Romero. Ángeles de Wukro es su primer libro publicado.

jueves, 2 de octubre de 2008

El valor de los derechos de autor

Manifiesto de CEDRO en su vigésimo aniversario

En el vigésimo aniversario de la creación de CEDRO, manifestamos que:

1. El trabajo de escritores, traductores y editores es una de las bases de la riqueza intelectual de la sociedad.

2. La dignidad profesional de autores y editores tiene su fundamento en el Derecho de Autor. Es legítima su aspiración a obtener una remuneración por el uso de sus obras, y a que su trabajo creativo se respete y se proteja.

3. El acceso a la información y a la cultura no puede ni debe realizarse sacrificando los derechos de autor.

4. Las obras de autores y editores constituyen un valor insustituible para la educación, la formación permanente y la innovación en empresas, organismos públicos y centros educativos.

5. El sector del libro y de las publicaciones periódicas tiene en España una relevancia estratégica: contribuye de forma significativa al producto interior bruto, a la creación de puestos de trabajo, a la mejora de la balanza comercial y a la generación en el extranjero de una imagen positiva de nuestro país.

Por todo ello:

1. Reclamamos a los poderes públicos un decidido apoyo a los creadores de la cultura escrita y una defensa enérgica y activa de sus derechos de autor, para alcanzar los mismos niveles de respeto que existen en otros países europeos.

2. Demandamos el mantenimiento de la compensación para los autores y editores por la copia privada de sus obras, que se lleva a cabo masiva e indiscriminadamente en una gran variedad de aparatos y soportes.

3. Instamos a todos los centros de trabajo y de formación en los que se utilizan reproducciones de libros y publicaciones periódicas mediante fotocopia o digitalización, a obtener la autorización previa de los titulares de derechos, tal y como exige la ley, mediante una licencia de reproducción de CEDRO.

4. Expresamos nuestro compromiso con el desarrollo educativo, científico y cultural español, así como con el necesario progreso de las bibliotecas en nuestro país y con las políticas de fomento de la lectura.

5. Manifestamos nuestra voluntad de continuar trabajando para consolidar e incrementar los importantes logros obtenidos en los últimos veinte años en materia de reconocimiento de los derechos de autor, de remuneración a autores y editores por la reproducción de sus obras, y de educación a los jóvenes acerca del valor de la creación original, objetivos para los que pedimos la comprensión y la colaboración de la sociedad.

Madrid, 1 de julio del 2008

jueves, 25 de septiembre de 2008

Entrevista a Morris Gleitzman (Magazine)


«La verdad emocional debe prevalecer sobre la verdad histórica ante un tema tan delicado como el Holocausto»

Autor de 20 libros infantiles, debuta para el público adulto con «Una vez», ambientado en 1942, y donde sus héroes vuelven a ser niños que luchan contra la adversidad.

Por Juan Carlos Rodríguez; Fotografía de Thomas Canet.

Una vez conocí a un hombre muy alto, calvo y con pinta de cura llamado Morris Gleitzman. Acababa de llegar de Australia, un país muy lejano y lleno de canguros, y el pobre hombre parecía muy, pero que muy cansado cuando le di la mano en el hotel de la Gran Vía. ¿Sabes cuando se te cierran los ojos y no puedes hacer nada por evitarlo, aunque estés viendo Los Lunnis? Así que le rezo a Dios, a Jesús, a la Virgen María, al Papa y a Adolf Hitler para que no se me quede dormido en mitad de la entrevista.

He leído que el señor Gleitzman es famosísimo en Australia y en Inglaterra, donde nació hace 56 años, por sus veintitantos libros para niños. ¡Veintitantos! Inventarse tantas historias debe de ser agotador, pero gracias a su esfuerzo, ahora puede vivir del cuento. En España ha publicado una novela para niños, o un cuento para mayores, titulado Una vez. El libro te pone los pelos de punta. Va sobre un niño judío llamado Felix (así, sin acento en la e) que se escapa de un orfanato católico para buscar a sus padres. ¿Has leído El niño con el pijama de rayas? Pues entonces ya sabes de qué te estoy hablando. Varsovia, ?942. El Holocausto. Olor a chamusquina. Pero el papá de Felix no es un comandante nazi, menudo chollo, sino un librero judío. Y con eso está dicho todo. Felix es tan inocente que confunde a los nazis con «bibliotecarios quemalibros» e incluso le reza a Adolf Hiltler para encontrar a sus padres. Como diría su amiga Zelda: «¿Es que no sabes nada?». Si algo le sobra a este niño es imaginación para huir de su penosa realidad. En eso se parece al señor Gleitzman, que antes de ser cuentista profesional trabajó como periodista y guionista de comedias de televisión. Por cierto, ahora le tengo delante. Está pensativo y parece algo preocupado: seguro que es sacerdote y se ha olvidado su sotana en Australia. Le haré una broma sobre Van Morrison para caerle simpático y luego le preguntaré por su libro, donde se lee en letras grandes: «Todo el mundo merece que le ocurra algo bueno en su vida. Al menos una vez».

P. Señor Gleiztman, me sobra una entrada para un concierto de Van Morrison: será en pleno campo y servirán ostras y vino tinto. ¿Le apetece venir?
R. ¿En serio? (los ojos como platos).

P. Es bromaaa. Leí en su página web que el plan anterior era lo más cercano a su día perfecto.
R. Si la propuesta fuera real, dejaría todas mis obligaciones esta tarde e iría a verlo. He ido a dos conciertos de Van Morrison, lo escucho muchísimo y su música me ayuda a ser más creativo.

P. Al grano: ¿Una vez es una novela para niños o un cuento para mayores?
R. Cuando escribo sobre niños tengo siempre presente que todo adulto fue alguna vez un niño. Y a la mayoría de los adultos le gustan las historias conmovedoras sobre la infancia.

P. ¿Qué añade la mirada de un niño al horror del Holocausto?
R. Yo quería sacar a la luz la capacidad humana para el amor y la amistad, en un mundo donde la crueldad y el asesinato están a la orden del día. Los adultos nos hemos acostumbrado a convivir con esto; por el contrario, los niños tienen una mirada más limpia y perciben la realidad de una forma más aguda. En todas mis historias siempre me han interesado los grupos sin poder. Y un niño inmerso en un conflicto bélico es el mayor ejemplo de esto, pues es incapaz de influir sobre su propia vida. Todo niño debería compensar esto con su capacidad para crear un entorno de felicidad y amor.

P. Tanto su novela como El niño con el pijama de rayas han sido calificadas por la crítica como poco verosímiles, sobre todo la de Boyne. Defiéndase.
R. Ante un tema tan delicado y complejo como el Holocausto, el autor ha de buscar un equilibrio entre su visión creativa y la responsabilidad de no traicionar a las víctimas reales. Es un malabarismo complicado, pero creo que la verdad emocional debe prevalecer sobre la verdad histórica.

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miércoles, 24 de septiembre de 2008

Lanzamiento - Shaolín Occidental

EL SHAOLIN OCCIDENTAL
Matthew Polly

Kailas Colección No Ficción
Traducción: Carlos Ossés
14 X 21 cm Rústica
Págs: 458
ISBN-13: 978-84-89624-46-7
Precio: 19,90 €
Septiembre 2008

El norteamericano Matthew Polly fue el primer occidental aceptado como discípulo de los monjes Shaolin, los mejores maestros de las artes marciales. Para conseguirlo, primero aprendió chino mandarín y luego abandonó sus estudios universitarios en Estados Unidos para instalarse dos años en un templo Shaolin.

La búsqueda del conocimiento propio y de la cultura china le llevan hasta ese remoto monasterio, donde le reciben unos monjes muy peculiares que le enseñarán no sólo a realizar saltos y patadas voladoras, sino una nueva forma de ver el mundo desde un país tan diferente y apasionante.

Tanto como estudiante de la cultura china como a través de su práctica de las artes marciales, Polly muestra con un enorme sentido del humor las andanzas de un extranjero (laowai) para integrarse en una China que comienza a acercarse al capitalismo después de la matanza de Tiananmen.

Biografía autor: Matthew Polly nació en Kansas, EE.UU. Después de estudiar tres años Religiones y Estudios Orientales en la Universidad de Princeton, decidió irse a China a vivir en un templo Shaolin. Ha publicado diversos estudios sobre su experiencia.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Morris Gleitzman: "El Holocausto encierra aspectos del mundo actual" (Público.es)

La última novela del escritor, Una vez, retrata la Polonia de la ocupación nazi desde la perspectiva de un niño judío


Una vez, un guionista dejó la televisión australiana para escribir literatura infantil y después dejó los cuentos por el público adulto. Simplificando mucho, esa es la historia de Morris Gleitzman (Sleaford, 1953), cuyo último libro, Una vez (Kailas) –ovacionado en Reino Unido– va por su tercera edición en España.

Esta es su primera incursión en la literatura para adultos. ¿Cómo se enfrentó a dicha transición?

Para mí, ha sido un viaje gradual, no planeado. Varios de mis libros anteriores tuvieron un gran éxito adulto, a parte del público habitual infantil. Y estoy encantado porque siempre creí que una historia podía abordar cosas grandes a través de cuerpos pequeños.

El miedo es un elemento muy importante en su novela...

Sin duda. Pero para mí esta historia tiene más que ver con el amor: el que siente Félix por sus padres –que le impulsa a salir al mundo exterior– o su relación con Zelda, que le ayuda a seguir adelante con optimismo. En un tiempo terrible donde los niños están aún más carentes de poder de lo que están habitualmente, la imaginación de Félix es una poderosa fuerza que le impulsa.

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jueves, 4 de septiembre de 2008

Presentación UNA VEZ con el del autor Morris Gleitzman - FNAC CALLAO


El escritor australiano Morris Gleitzman estará en Madrid en septiembre para presentar su novela Una vez, uno de los éxitos literarios de este verano. La obra, que ya va por su tercera edición, está protagonizada por un niño judío en la Polonia de 1942.

La presentación del libro tendrá lugar en el Fórum de la FNAC de Callao el día 11 de septiembre a las 19:30 h. En la mesa estarán el autor, Esther Bendahan (escritora), Noel Campbell (Embajador de Australia) y Ángel F. Fermoselle (editor de Kailas).

Gleitzman explica que esta conmovedora y terrible historia de ficción sobre un niño que descubre, desde su inocencia, el holocausto nazi, está inspirada en su abuelo, un judío de Cracovia que escapó del exterminio gracias a que emigró un tiempo antes. No así su extensa familia, muchos de cuyos miembros perecieron.

Una vez también es un homenaje al médico judío polaco Janusz Korckaz, que eligió morir con los doscientos niños del orfanato que dirigía cuando los nazis llegaron a eliminarlos. “Korckaz se convirtió en mi héroe, plantó una semilla en mi imaginación para intentar comprender lo inimaginable”, afirma el autor.


Gleitzman nació en Inglaterra en 1953 y emigró a Australia con 16 años, donde estudió Periodismo, ha sido guionista de televisión y un famoso humorista, antes de consagrarse como uno de los autores más prestigiosos de libros juveniles en inglés.

¡Os esperamos a todos allí!

miércoles, 2 de julio de 2008

JULI ZEH gana el Premio Cévennes de novela europea por INSTINTO DE JUEGO

La joven autora alemana JULI ZEH
gana el Premio Cévennes de novela europea
por Instinto de juego



En España, ha sido publicada por KAILAS en 2008 con el título INSTINTO DE JUEGO.

El Premio Cévennes de novela europea recompensa cada año a la mejor novela de un autor europeo publicada en Francia. Diez librerías, bajo la batuta de Sauramps, la segunda librería independiente más grande de Francia, seleccionan las 11obras que se someten después a un jurado compuesto por escritores y editores de renombre internacional. Este jurado elige la novela premiada. Son recompensados el autor y su traductor al francés.

Nominados 2008:
España: “Le fils de l’accordéoniste”, de Bernardo Atxaga (Éditions Christian Bourgois).
Austria: “Un plus grand espoir”, de Ilse Aichinger (Éditions Verdier).
Francia: “Le dernier frère”, de Natacha Apaña (Éditions L’Olivier).
Gran Bretaña: “De la beauté”, de Zadie Smith (Éditions Gallimard).
Portugal: “Les intermittences de la mort”, de José Saramago (Éditions du Seuil).
Suecia: “Les larmes de Tarzan”, de Katarina Mazetti (Éditions Gaïa).

Los 5 finalistas:
Bélgica: “Le boulevard périphérique”, de Henry Bauchau (Éditions Actes Sud).
Alemania: “La fille sans qualités”, de Juli Zeh (Éditions Actes Sud). Ganadora 2008.
Dinamarca: “Cochon d’allemand”, de PNUD Romer (Éditions Les Allusifs).
Italia: “La première main”, de Rosetta Loy (Éditions Mercure de France).
Finlandia: “Le bestial serviteur du pasteur Huuskonen”, de Arto Paasilinna (Éd.Denoël).

SINOPSIS de la novela ganadora, de JULI ZEH:
“Nosotros no tenemos nada en lo que podamos creer. Así resulta matemáticamente que creemos en todo. Todo es indiferente, equivalente”.
El juego, como la última batalla dirigida por “los niños de la nada”.
A principio de los años 2000, en un instituto alemán privado y considerado como “de la última oportunidad”, el juego perverso de dos alumnos ha terminado en un baño de sangre. La abogada que lleva el caso está conmocionada, no se siente capaz de juzgar el acta judicial sobre las consecuencias de este juego cínico y brutal. Entonces decide escribir la historia de los tres protagonistas, desde su encuentro hasta la irrupción de la violencia.

Ada (14 años, dotada de una temible inteligencia) y Alev (de 18, un manipulador impotente) idean un chantaje, mezcla de sadismo y perversión sexual, sobre uno de sus profesores. Ambos nacieron durante la Guerra del Golfo; eran niños durante la Guerra de los Balcanes, la masacre del instituto de Erfurt (Alemania) y el 11-S. Las imágenes del conflicto en Irak, así como las del ataque terrorista en Madrid, acompañan su adolescencia. Instalados en un mundo confortable, sus padres ignoran todo lo que sucede en el espíritu de sus hijos. Éste será el terreno de exploración de la novela: ¿De dónde viene su afición por los juegos de rol, las drogas, una música apocalíptica y los comportamientos maléficos? Ada, que se autoproclama “hija del nihilismo”, se considera un prototipo de los nuevos tiempos, una “chica sin cualidades”, sin identidad, que busca comportarse con la mayor eficacia posible. Su blanco será el profesor Smutek, un ex refugiado polaco que parece venir de un mundo anticuado, en el que las nociones del bien y el mal, el respeto al otro y el pecado todavía están vigentes.

Esta novela ambiciosa describe perfectamente la angustia de una parte de la juventud actual, y ha propulsado a su autora al primer plano de la escena literaria alemana.

Crítica de Faustino Amoré: (traducida parcialmente del francés)
“Ada, la joven sobrepasada por lo absurdo de la vida, profundamente nihilista, puede dejarse llevar por su odio a la sociedad. Y por su locura diabólica. ¿Crisis de adolescencia? ¿O de una generación sin futuro? Juli Zeh va más allá de los prejuicios para interesarse en lo (in)humano e intentar comprender, con la objetividad de una abogada, los mecanismos que rigen estos comportamientos. Aunque toma de Musil su título (El hombre sin atributos), es sobre todo a Camus a quien se lee entre líneas: Ada pone en juicio los tiempos pasados, ella es el espejo de la estupidez humana. La autora no deja de aportar su teoría del caos: cada ínfimo detalle contribuirá a la inminencia del derrumbe. ¿Alegórica? ¿Metafórica? ¿Cínica? Juli Zeh no se preocupa por la representación y la búsqueda de sentido. Ella muestra, y esto es suficiente. La perfección existe durante el tiempo de lectura de esta obra asombrosa, sublime, inolvidable. Esperemos que tenga seguidores”.

LA AUTORA GANADORA:
Juli Zeh nació en 1974 en Bonn. Abogada de Derecho Internacional, ha vivido en Estados Unidos, Polonia, Croacia y Bosnia. El águila y el ángel fue su primera novela, publicada en 2001 y traducida a más de 20 idiomas. Ya cuenta con siete obras, entre las que destacan sus premiados ensayos. Enseña Literatura en la Universidad de Leipzig y en Polonia.

LOS MIEMBROS DEL JURADO:
-Alberto Manguel (Secretario de Borges, ensayista, novelista, traductor, crítico literario y director de colecciones). Tiene muchas obras publicadas en España (Alianza, Lumen, Bruguera, Debate…).
-René de Ceccatty (Novelista, ensayista, autor de teatro y editor).
-Georges Nivat (escritor, especialista en literatura rusa).
-Pierre-Yves Petillon (escritor, especialista en literatura americana).
-Margot Dijkgraaf (autora y periodista holandesa).
-Takis Theodoropoulos (autor y editor griego).
-Geneviève Brisac (escritora y editora).

LAS 10 LIBRERÍAS ENCARGADAS DE LA SELECCIÓN DE LAS 11 OBRAS:
Sauramps (Montpellier y Alès).
Mollat (Burdeos).
Ombres Blanches (Toulouse).
Passages (Lyon).
Dialogues (Brest).
Maison du Livre (Rodez).
L’Amitière (Ruán).
La Galerne (Le Havre).
Folies d’encre (Montreuil).
Comptoir des Mots (París).

lunes, 30 de junio de 2008

David Jiménez recoge el Primer Premio Internacional de Literatura de Viajes Camino del Cid

El periodista David Jiménez ha recogido hoy en Teruel el Primer Premio Internacional de Literatura de Viajes Camino del Cid en un acto celebrado en el Museo Provincial de la capital turolense. En el evento se han dado cita los representantes de las diferentes diputaciones que forman parte del Consorcio Camino del Cid, siendo la anfitriona la Diputación Provincial de Teruel que, actualmente, ostenta la presidencia de la institución cidiana.

Jiménez se ha alzado con el galardón con su primer libro Hijos del Monzón (Editorial Kailas), un ejemplar que recoge la historia de diez niños asiáticos condenados a vivir en la miseria. Gran conocedor del continente asiático (es corresponsal del periódico El Mundo en Asia), Jiménez ha expresado su satisfacción por el premio aunque ha reconocido que ningún autor debería lanzarse a escribir este libro. “Nadie debería escribir sobre niños que viven en alcantarillas o que son obligados a subirse a un ring para poder mantener a su familia”, ha señalado el autor.


David Jiménez recoge el premio de manos del vicepresidente

de la Diputación Provincial de Teruel, Inocencio Martínez



El Primer Premio Internacional de Literatura de Viajes Camino del Cid es un galardón único en España ya que, por primera vez, se premia al mejor libro de literatura de viajes ya editado y, además, reconoce la labor de la editorial responsable de la publicación, en este caso, Kailas. El editor, Ángel Fernández, que ha recogido el premio de las manos del vicepresidente de la Diputación Provincial de Teruel, Inocencio Martínez, ha comparado al autor con el Cid “David ha sido un caballero muy valiente para escuchar a los desheredados. Sin duda, encarna algunas de las cualidades de nuestro héroe nacional”.


martes, 24 de junio de 2008

Presentación - LA CIENCIA DE LA FELICIDAD de Ramiro Calle

El pasado 14 de junio Ramiro Calle presentó su último libro, La ciencia de la Felicidad, en la el pabellón de la Fundación Círculo de lectores.















El acto, presentado por Ángel Fernández Fermoselle, editor de Kailas, reunió a más de un centernar de personas, que disfrutaron de las sabias reflexiones del autor.


viernes, 20 de junio de 2008

'Hijos del Monzón', de David Jiménez, el mejor libro de literatura de viajes de 2007 (El Mundo)

ELMUNDO.ES
MADRID
.- Los "estremecedores testimonios" del libro Hijos del Monzón, escrito por el corresponsal de EL MUNDO en Asia David Jiménez, han llevado al jurado a concederle el Primer Premio Internacional de Literatura de Viajes Camino del Cid.

El galardón, promovido por el Consorcio Camino del Cid, nació con el objetivo de premiar, por un lado, al mejor libro de este género editado en 2007 y, por otro, a la editorial responsable de la publicación. 'Hijos del Monzón' es pues el mejor libro de literatura de viajes editado el pasado año.

David Jiménez (Barcelona, 1971) es corresponsal de El Mundo en Asia desde 1998. Gran conocedor de este continente, nos relata en Hijos del Monzón la historia de diez niños asiáticos condenados a vivir en la miseria.

Niños que viven de lo que sacan de los despojos de los camiones de la basura en las afueras de la ciudades, niños contagiados de SIDA a través de sus madres, niños que, con tan sólo 12 años y apenas 30 kilogramos de peso, tienen que subirse a un ring y boxear contra un rival, que también busca salir de una vida marcada por el hecho de haber nacido en alguno de los lugares más miserables del planeta.

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jueves, 19 de junio de 2008

HIJOS DEL MONZÓN, mejor libro de literatura de viajes de 2007

HIJOS DEL MONZÓN

obtiene el I PREMIO INTERNACIONAL

DE LITERATURA DE VIAJES

“CAMINO DEL CID” 2008



El jurado formado por Javier Reverte, Jon Sistiaga y Eduardo Jordá, ha escogido la obra de DAVID JIMÉNEZ editada por Kailas como el mejor libro de literatura de viajes publicado en 2007 “por su capacidad para narrar testimonios estremecedores en un libro soberbio”.


Hijos del monzón narra las historias de diez niños asiáticos condenados a vivir en la miseria.


- El premio ha sido convocado por el Consorcio Camino del Cid, que celebra los 800 años del Cantar.

- Está dotado con 15.000 euros (10.000 para el autor y 5.000 para la editorial).

- 30 librerías de las 8 provincias por las que discurre el Camino del Cid han colaborado en la selección de los 6 finalistas, entre los que se encontraban autores como Cees Nooteboom, Mauricio Wiesenthal, Ian Baker o Alfonso Armada.

- Se presentaron un total de 49 obras.


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miércoles, 18 de junio de 2008

David Jiménez con los alumnos del aula de apoyo de Ángeles Rodriguez


El viernes pasado, David Jiménez, autor de Hijos del monzón, compartió después de el acto de presentación de su libro en el Club Faro de Vigo, unos minutos con los alumnos de la clase de apoyo de Ángelese Rodriguez, en la que intercambiaron impresiones con sobre el libro y David les abrió los ojos hacia el mundo sobre el que él informa.

martes, 17 de junio de 2008

“El trabajo de corresponsal es hoy más peligroso que nunca”


David Jiménez es autor del libro Hijos del Monzón (Kailas), las historias reales de diez niños, de otros tantos países asiáticos

Asia no solo concentra los países con mayores índices de crecimiento económico. Junto a los que han esquivado la pobreza con ingenio y tesón conviven quienes han perdido el tren del progreso. David Jiménez habló en el Club Faro de esos desfavorecidos. Lleva diez años cubriendo para su diario cerca de 25 países de Asia y Oceanía. “China es quince veces España –recuerda–. Aunque pasase en Asia cien años como corresponsal no podría llegar a decir que conozco el continente”

RAFA LÓPEZ

Jiménez ha reunido en el libro “Hijos del Monzón” (Kailas) las historias reales de diez niños, de otros tantos países asiáticos, que han luchado contra la miseria y la indignidad.

¿Corea del Norte es el país más difícil de Asia en cuanto a la cobertura informativa?
Es una cárcel, una dictadura brutal que ha conseguido encerrar a sus 22 millones de habitantes en el país. Nadie puede entrar ni salir. Es el más difícil no sólo de Asia, sino del mundo, para que entre un periodista.

¿Podrá salir adelante adoptando el modelo chino?
Lleva años diciéndose y no acaba de ocurrir. El país ha sufrido grandes hambrunas y es uno de los tres más pobres del mundo. La única solución es que el país se abra, en un principio económicamente, y eso daría pie a que se abriese también político.

¿Cuál ha sido el acontecimiento que más le ha calado?
Los primeros años fueron los que más impacto me causaron. La primera vez que vi un muerto por disparo fue en las manifestaciones de Yakarta, en 1998. La primera guerra que cubrí fue la de Timor, que me causó un impacto especial, y fue en la que más cerca estuve de morir. En Birmania me impresionó el valor de la gente al desafiar una dictadura brutal y la reacción del ejército disparando a gente desarmada. El periodista japonés que murió estaba muy cerca de mí. Es triste ver que la gente paga con la vida cuando por fin se decide a actuar contra la dictadura.

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lunes, 16 de junio de 2008

Jiménez: ´Siempre habrá pobres, pero no se puede permitir la indignidad´

De izquierda a derecha: Ángel Fernández Fermoselle, David Jiménez,
Marisa Real (Directora del Club Faro de Vigo) y Jesús Cancelo.


El corresponsal en Asia habló en el Club Faro
de los que perdieron el tren del progreso en el continente


RAFA LÓPEZ / VIGO La lucha de los que sobreviven en la miseria en Asia centró la proyección-coloquio de David Jiménez (Barcelona, 1971), corresponsal del diario "El Mundo" en Asia desde hace diez años. El periodista, que narró las historias de diez niños desfavorecidos en el continente donde viven 69 de cada cien habitantes del mundo, subrayó que hay que diferenciar entre pobreza y miseria: "Si un niño tiene lo suficiente para comer, un entorno familiar que le quiere y va al colegio, entonces puede ser feliz -matizó-. Pero cuando en vez de carencia tienes indignidad, los niños no pueden ser felices. Siempre habrá pobres, pero no se puede permitir que se viva en la absoluta indignidad".

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martes, 10 de junio de 2008

Primer capítulo - A LA SOMBRA DE UN SILENCIOSO LUGAR DE EXTERMINIO (Sam Sotha)

La revolución comunista

El 17 de abril de 1975, el régimen de los jemeres rojos empieza estableciendo su ontrol en la ciudad de Phnom Penh y más adelante propaga su poder a lo largo de todo el país. Mi mujer y yo fuimos una de tantas familias que vivían en la capital y que fuimos expulsados al campo.
Mi nombre es Francis (un nombre católico elegido por un hermano adoptivo de una congregación católica americana) y Sony es el nombre de mi mujer. Nos casamos el 4 de noviembre de 1973. Cuando huimos de la ciudad, no teníamos hijos.
A las nueve y media de la mañana de ese día de abril, las fuerzas de los jemeres rojos llegaron a la capital. La gente estaba aterrorizada. Nosotros habíamos visto cómo las fuerzas armadas de Lon Nol se rindieron a sus brazos y cómo algunas de ellas lo hicieron antes de la irrupción de las fuerzas comunistas. La situación era desalentadora. Todas las tiendas, comercios, escuelas y ofi cinas estaban cerradas.
Al terminar el día todo estaba en calma exceptuando el eco de algunos disparos lejanos. A mi mujer y a mí sólo nos quedaba rezar. Escondimos todos nuestros documentos importantes junto con las fotografías en las que salíamos con algún representante americano o con personalidades religiosas.
Esa noche, el miedo nos mantuvo despiertos. Pensábamos en nuestros familiares de la provincia de Battambang (a trescientos kilómetros al noroeste de Phnom Penh). Nos sentamos en la cama apoyados contra la pared, mirándonos fijamente el uno al otro. No nos hablamos. No podíamos encontrar las palabras adecuadas que expresasen nuestra desesperación.



A la mañana siguiente, las fuerzas comunistas empezaron a expulsar a la gente mientras decían: «Tenéis que marcharos de este lugar durante tres días. Una vez pasados, podréis volver. Si os quedáis aquí, seréis bombardeados por aviones americanos, los superbombarderos B-52». Ése fue el modo que usaron para engañarnos.
Sólo llevábamos dos mudas de ropa en nuestras bolsas.
También llevábamos dos kilos de arroz, una olla para cocinar y el resto del espacio se lo dedicamos a los libros. Mi mujer y yo devastados por el miedo y la esesperación.
¡Dios mío!, nos desplazamos a pie junto con una multitud de personas; al ser abril y la estación seca, hacía mucho calor. Por el camino vimos los cuerpos de aquellos que se habían negado a abandonar la ciudad debido a que padecían alguna enfermedad. Todos nosotros éramos empujados por soldados armados, lo que nos asustaba mucho. El tiempo pasaba y seguíamos sin regresar a nuestros hogares —un día, una semana, un mes…—, y eso nos angustiaba. Las mujeres daban a luz en medio de la carretera y sin ayuda de una comadrona, casi todas morían. Nosotros dormíamos bajo la sombra de los árboles. Nuestro suelo era la tierra, nuestro techo el cielo, y nuestra casa estaba iluminada por las estrellas y la luna llena.
De esta manera tres millones de personas de Phnom Penh se dispersaron por el campo. El viaje nos llevó a la parte suroeste del país, a la que fue la base revolucionaria de los comunistas durante los cinco años de guerra con el ejército republicano de Lon Nol.
Los jemeres rojos arrestaron a las personas que creían que pertenecían a los más altos mandos del gobierno. Éste fue el inicio del exterminio llevado a cabo por el régimen de Pol Pot, lo que él pensaba que sería el primer paso en la revolución comunista mundial.
Las personas que no tenían previsto volver a sus hogares recogieron toda su ropa, sus pertenencias, la comida que tenían, y lo cargaron en sus bicis, motocicletas o coches. Nosotros sin embargo llevábamos nuestras cosas en la mano. Afortunadamente nos encontramos por el camino con unos amigos que llevaban el arroz y las cazuelas para cocinar en sus motos y nos invitaron a ir con ellos. Durante todo el largo recorrido consumimos un saco de arroz (cien kilos).
El 27 de mayo de 1975 llegamos a un pueblo que tenía campos de arroz a los dos lados del camino. Después de preparar nuestra comida, un guardia comunista vino y nos
dijo:
—Tenéis que quedaros en este pueblo y trabajar si no queréis morir. No podéis sobrevivir sin comida. Tenéis que trabajar con los campesinos.
Este hombre registró nuestros nombres y nuestros datos personales en una lista. No le dimos ningún dato verdadero, ni siquiera nuestros nombres reales porque teníamos cuatro amigos que eran tenientes de la Marina Jemer y sabíamos que muchos
militares habían sido arrestados y ejecutados.
A la mañana siguiente decidimos construir una cabaña de paja. Me subí a una palmera por primera vez en mi vida y corté unas hojas para el techo. Nos llevó tres días acabar la cabaña. Era temporada de lluvias y teníamos que trabajar el campo para cultivar las plantaciones de arroz. Normalmente uno de nosotros removía la tierra con un arado tirado por dos bueyes, conocido como «arado de bueyes». Pero desafortunadamente nosotros éramos los «nuevos» (así nos conocían bajo el régimen comunista, o los «del 17» porque los comunistas tomaron el poder el 17 de abril de 1975) y, como tales, no contábamos En mayo de 1975 construimos una cabaña de paja. ¡Sólo Dios sabe lo extenso que era ese campo de arroz!
Una mañana, cuando me desperté, mis cuatro amigos habían desaparecido. Entonces comprendí que habían llevado a cabo el plan del que tanto habían hablado: huir en barco. (Nuestro pueblo estaba situado a sólo tres kilómetros del mar). Las autoridades locales comunistas abrieron una investigación y a menudo me interrogaban sobre mis amigos desaparecidos. Yo siempre contestaba lo mismo: «No sé nada». Durante la temporada de lluvias la comida que nos daban era insufi ciente. Cada uno de nosotros contaba con un kilo de arroz para las tres semanas siguientes y a veces se alargaba a un mes, mientras que los revolucionarios disponían de más comida.
«Éste es el castigo de la clase proletaria de la revolución comunista », decía uno de los líderes de la comuna. Mucha gente murió de inanición, la mayor parte fueron niños y ancianos.
Mi mujer y yo luchamos contra el hambre. Nunca tuvimos la oportunidad de comer carne, pescado o algo sabroso; sólo sopa. Una sopa que hacíamos con un poco de arroz, mucha agua y a la que añadíamos hojas de plátano como si fuesen verdura. Era el tipo de sopa que la gente usaría normalmente para alimentar a los cerdos. Después de comer nunca nos daban tiempo para descansar y teníamos que volver inmediatamente a trabajar. Un día, el líder de la comuna nos llamó para formar un grupo de trabajo con toda la gente joven del pueblo en el que se incluía tanto a hombres como a mujeres, siempre que no tuviesen niños. Se nos asignó trabajar en un bosque cercano a las
montañas, a unos diez kilómetros del pueblo, donde teníamos que talar los árboles hasta convertir el bosque en un campo de maíz. Nos despertaban a las cuatro de la mañana y nos metían prisa ya que teníamos que caminar dos horas hasta llegar al bosque.
Una vez allí, nos daban algo de comer. Un carro tirado por bueyes llevaba los utensilios para cocinar y el combustible necesario. Para cien personas, preparaban dos kilos de arroz en litros y litros de agua. Nos lo comíamos con glutamato. Inmediatamente después volvíamos a trabajar hasta las cuatro de la tarde, sin contar las dos horas que nos llevaba el camino de vuelta a las cabañas.
El trabajo era muy duro y no nos daban permiso para descansar. «Si una persona no trabaja, no come», decían, por lo que hasta la gente enferma tenía que trabajar o moría de hambre. Un día, el encargado de mi grupo me dijo que me esperara con él para empujar la carreta tirada por bueyes, lo que nos llevó una hora y media. Cuando nos acercamos al bosque, unas treinta personas caminaban en fi la india con las manos atadas detrás de la espalda; varios guardias iban junto a ellos. No sabía de dónde salían esas personas ni qué sería de ellas, pero al poco tiempo me quedé paralizado ya que comencé a escuchar sus incontenibles llantos mientras eran ejecutados. El encargado de mi grupo me avisó:
—Si le cuentas a alguien lo que acabas de ver, te mataremos.
Los condenados de camino al lugar donde iban a ser ejecutados.
Mi mujer es la única persona a la que le he contado esta historia en mi vida. Aquella noche rezamos juntos por esos hombres y por sus almas. En el pueblo en el que vivíamos, la mayoría de los hombres fue arrestada por los soldados de Pol Pot. Nunca más volvieron. Todos creímos que habían sido asesinados. Había reuniones en el pueblo una semana tras otra y en una ocasión, al fi nalizar una de ellas, fui a visitar el hospital. No había medicamentos, sólo disponían de plantas y hierbas. Uno de esos días, los guardias del hospital apalearon hasta la muerte a un enfermo que intentaba subir a un cocotero para buscar algo de alimento. Le asesinaron por un coco.

Lanzamiento - A LA SOMBRA DE UN SILENCIOSO LUGAR DE EXTERMINIO, de Sam Sotha

A LA SOMBRA
DE UN SILENCIOSO
LUGAR DE EXTERMINIO

Sam Sotha



Kailas Colección No Ficción
Traducción: Cora Tiedra
14 X 21 cm Rústica
Págs: 139
ISBN-13: 978-84-89624-45-0
Precio: 14,90€

En 1975 el régimen de los jemeres rojos en Camboya toma el control de la capital Phnom Penh y comienza uno de los mayores genocidios de la historia de la humanidad.

El ejército expulsa de la ciudad a varios millones de personas, entre ellas a Sam Sotha y su mujer. Este humilde matrimonio logró sobrevivir al genocidio, pero sufrió la explotación, el hambre y la tiranía que eran prácticas cotidianas del régimen de Pol Pot.

El autor acompaña su relato con dibujos ilustrativos que él mismo realizó mientras sufría la terrible situación a la que logró sobrevivir, y que van intercalados en el texto a modo de complemento gráfico y personal.

Biografía autor: Sam Sotha fue uno de los miles de camboyanos forzados por los jemeres rojos a abandonar su ciudad natal para ser explotados en el campo. En 1982 se instaló en EE.UU. y se convirtió en un destacado defensor de los refugiados y en un activo líder político. Actualmente trabaja como asesor del Primer Ministro de Camboya al servicio de su país.

jueves, 5 de junio de 2008

UNA VEZ - web

Ya puedes visitar la web de UNA VEZ, la novela de Morris Gleitzman que está arrasando en la Feria del libro y que está enganchando a los lectores. Felix está cautivando con sus historias sencillas y su particular forma de ver el mundo, a pesar de la difícil situación en la que se encuentra.

Además ahora puedes entrar en el FORO y dejar tus comentarios, impresiones, opiniones...

Para acceder a la web de Una vez, picha aquí.
Para acceder directamente al foro, pincha aquí.

miércoles, 4 de junio de 2008

Feria del libro - Firma de Ramiro Calle

Ramiro Calle firmando su obra publicada en Kailas el pasado domingo.

Fotgrafía copyright: Yolanda García Serrano

viernes, 30 de mayo de 2008

Feria del libro - Firma David Hernández de la Fuente


David Hernández de la Fuente firmando esta mañana en la caseta de Kailas (265) de la Feria del libro de Madrid sus novelas Continental y Las puertas del sueño.

martes, 27 de mayo de 2008

Hijos del monzón, de David Jiménez, finalista del Premio de Literatura de Viajes del Consorcio del Cid


Ian Baker, Alfonso Armada y David Jiménez, entre los finalistas al Premio de Literatura de Viajes del Consorcio del Cid

BURGOS, 26 May. (EUROPA PRESS) -

Los reporteros Alfonso Armada, Ian Baker, David Jiménez y Cees Nooteboom; el periodista deportivo Sergio Fernández Tolosa; y el escritor Mauricio Wiesenthal, fueron seleccionados como finalistas del Premio de Literatura de Viajes 2007 del Consorcio del Cid.

El jurado, compuesto por Javier Reverte, Jon Sistiaga y Eduardo Jordá, seleccionó las obras presentadas por estos seis autores entre los más de 49 títulos que tuvieron que analizar. El fallo se dará a conocer el próximo 27 de junio en un acto que se celebrará en Teruel.

El premio, convocado por el Consorcio Camino del Cid, está dotado con 15.000 euros y busca reconocer la labor por promocionar el género de viajes entre editoriales y librerías. Para ello, se contó con la colaboración de 30 librerías ubicadas en las ocho provincias por las que transcurre el itinerario --Burgos, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Castellón, Valencia y Alicante. Entre los finalistas está el reportero de la revista National Geographic, Ian Baker, con su obra 'En el corazón del Mundo', en la que explica su exploración de la garganta de Tsangpo, en el Tíbet, que es considerada una de las zonas "más inaccesibles de la tierra".

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viernes, 23 de mayo de 2008

Primer capítulo - UNA VEZ (Morris Gleitzman)


UNA VEZ estuve viviendo en un orfanato en las montañas, un lugar en el que nunca debí haber estado y en el que casi provoco una gran revuelta.
Todo fue por culpa de la zanahoria.
¿Sabes cuando una monja te sirve la sopa muy caliente de una olla muy grande y te hace inclinarte tanto para que no gotee, que el vaho de la olla empaña tus gafas, y no las puedes limpiar porque estás sujetando el plato y la neblina no se va, aunque reces a Dios, a Jesús, a la Virgen María, al Papa y a Adolf Hitler?
Pues eso es lo que me está pasando ahora mismo.
Me las apaño como puedo para encontrar el camino de vuelta a mi sitio. Utilizo mis oídos para orientarme. Dodie, que siempre se sienta a mi lado, hace mucho ruido al sorber porque tiene los dientes torcidos. Me pongo el plato sobre la cabeza para que ningún otro niño me quite mi sopa y los sorbidos de Dodie me guían en medio del vapor.Voy a tientas hasta que encuentro el borde de la mesa y apoyo el plato, y me limpio las gafas.
En este momento veo la zanahoria.
Está flotando en mi sopa, se ve enorme entre las hebras de col y los pedacitos viscosos de cerdo grasiento, las cuatro lentejas y los trozos de escayola gris del techo de la cocina. Una zanahoria entera.
No me lo puedo creer. En tres años y ocho meses que llevo en este orfanato nunca había tenido una zanahoria entera en mi plato.Ni yo ni nadie.Ni siquiera las monjas tienen una zanahoria entera y eso que ellas se sirven raciones mucho más grandes que nosotros, los niños, porque necesitan energía extra para ser santas.
Aquí arriba en las montañas no podemos cultivar vegetales. Ni siquiera aunque recemos mucho. Es por culpa de las heladas. Por eso si te encuentras una zanahoria entera en este lugar, lo primero que tienes que hacer es contemplarla y luego hacerla pedazos, los suficientes para que sesenta y dos niños, once monjas y un cura puedan probar un trocito.
Miro fijamente la zanahoria.
En este momento soy probablemente el único niño de toda Polonia con una zanahoria entera en su plato. Durante unos segundos pienso que es un milagro.Pero no puede ser porque los milagros sólo pasaban hace millones de años y ahora estamos en 1942.
Entonces me doy cuenta de lo que significa la zanahoria y me tengo que sentar rápidamente antes de que mis piernas flojeen y me desplome. No me lo puedo creer.
Por fin. Gracias, Dios, Jesús, María, el Papa y Adolf Hitler, llevo mucho tiempo esperando esto.
Es una señal.
Esta zanahoria es una señal de Mamá y Papá. Ellos me han enviado mi verdura preferida para que sepa que sus problemas se han terminado. Para que sepa que después de tres interminables años y ocho interminables meses las cosas han mejorado para los libreros judíos. Para que sepa que van a venir a buscarme para llevarme de vuelta a casa.
Sí.
Mareado de la emoción meto los dedos en la sopa y cojo la zanahoria.
Afortunadamente los otros niños están concentrados en su cena, levantando la cuchara hambrientos y echando un vistazo al plato por si acaso se topasen con una pizca de carne o con restos de boñigas de rata.
Tengo que darme prisa.
Si los demás niños ven la zanahoria van a sentir mucha envidia y va a haber un gran revuelo.
Estamos en un orfanato. Se supone que todo el que está aquí tiene a sus padres muertos. Si los otros niños descubren que los míos no lo están, se pondrán muy tristes y las monjas que nos cuidan podrían meterse en un lío con la oficina central católica de Varsovia por haber incumplido las normas.
—Felix San Stanislaus.
Casi se me cae la zanahoria al suelo. Es la voz de la Madre Minka, que grita mi nombre desde su mesa presidencial.
Todo el mundo levanta la vista.
—No se juega con la comida, Felix —dice la Madre Minka—. Si ha encontrado un bicho en su plato, sólo tiene que comérselo y estar agradecido.
Los demás niños, todos, me están mirando fijamente.
Algunos están sonriendo. Otros fruncen el ceño preguntándose qué es lo que está pasando. Intento no parecer el típico niño que acaba de meterse una zanahoria en el bolsillo. Estoy muy feliz y no me importa que me escuezan los dedos por haberlos metido en la sopa hirviendo.
Mamá y Papá, por fin vais a venir a por mí.
Deben de estar abajo, en el pueblo, y han debido darle la zanahoria al Padre Ludwik para que me la subiese y así darme una sorpresa.
Cuando todos los niños vuelven la vista a sus platos, sonrío a la Madre Minka agradecido. Es muy buena, ha hecho una broma para apartar la atención de mi zanahoria.
Hubo dos razones por las que Mamá y Papá eligieron este orfanato: porque era el más cercano y por la bondad de la Madre Minka. El día que me trajeron aquí, me contaron que en todos los años que la Madre Minka fue cliente de su librería, antes de que las cosas se pusieran difíciles para los libreros judíos, ni una sola vez criticó un solo libro.
La Madre Minka no ve mi sonrisa, está demasiado ocupada, mirando la mesa de San Kazimierz, por lo que vuelvo a sonreír agradecido, esta vez a la Hermana Elwira. Ella tampoco se da cuenta porque está muy ocupada sirviendo la cena a los pocos niños que faltan y se muestra muy compasiva con una niña que está llorando por la cantidad de escayola del techo que hay en su sopa.
Son muy amables estas monjas. Las voy a echar de menos cuando Mamá y Papá me lleven de vuelta a casa, deje de ser católico y vuelva a ser judío.
—¿No quieres más? —dice una voz pegada a mí.
Dodie mira fi jamente mi plato. El suyo está vacío. Termina de sorber entre los agujeritos que separan sus dientes torcidos y
me doy cuenta de que está deseando que no quiera más sopa.
Por encima de su hombro, Marek y Telek se burlan de él.
—Crece de una vez, Dodek —dice Marek, pero en sus ojos se ve un destello de esperanza. En el fondo él también desea poder comerse un poco de mi sopa.
Una parte de mí quiere dársela a Dodie porque su mamá y su papá murieron de una grave enfermedad cuando tenía tres años. Pero estos son tiempos muy duros y la comida escasea, y por eso, aunque tu barriga rebose de felicidad, tienes que tragar a la fuerza.
Yo lo hago.
Dodie sonríe. Sabía que sí que quería la sopa. La idea de que no la quisiese es tan absurda que nos provoca la risa floja.
Entonces paro. Me tengo que despedir rápidamente de todo el mundo. Eso me hace estar triste. Y cuando los otros niños vean que Mamá y Papá están vivos sabrán que no he sido sincero con ellos. Eso me hace sentirme todavía más triste.
Me digo a mí mismo que no debo ser tan tonto. Ellos no son mis amigos, no de los de verdad. No puedes tener amigos cuando tienes una vida secreta. Con tus amigos tienes que sentirte tan cómodo que, cuando se te escapa una de tus historias sin querer, saben que les has estado contando eso, una historia.
Pero siento que Dodie es mi amigo.
Mientras me termino la sopa trato de pensar en algo bueno que pueda hacer por él. Algo que le demuestre que estoy contento de haberle conocido. Algo que pueda mejorar su vida aquí dentro después de que me haya ido, una vez que ya esté en mi propia casa, con mis propios libros y con mi mamá y mi papá.
Ya sé exactamente qué es lo que puedo hacer por Dodie.
Ahora es el momento. Acaban de empezar los turnos para bañarse.
La Madre Minka está de pie en la puerta del baño, controlando de arriba abajo el grado de suciedad de Jozef, que está tiritando.
Todos estamos tiritando. El baño está congelado y eso que estamos en verano. Quizá porque es muy grande y está debajo del nivel del suelo. Probablemente hace millones de años, cuando se construyó este convento, este baño se usaba para patinar sobre hielo.
La Madre Minka coge el cordón que lleva atado a la cintura y con un gesto seco señala hacia el dormitorio. Jozef coge su ropa y se aleja rápidamente, aliviado.
—Cerdo con suerte —dice Dodie tiritando de frío. Me salgo de la fi la y me acerco a la Madre Minka.
—Disculpe,Madre —le digo.
No parece que se haya dado cuenta. Está echando un duro vistazo a Borys, que tiene la mitad del campo de deporte bajo las uñas de las manos y de los pies. Y bastante en los sobacos. Veo cómo la Madre Minka está a punto de agarrar de nuevo su cordón y señalar hacia el baño.
Oh, no. No voy a llegar a tiempo.
Entonces la Madre Minka se gira hacia mí.
—¿Qué pasa aquí? —dice ella.
—Por favor,Madre —digo apresuradamente—. ¿Puede ser Dodek el primero en entrar al baño?
Los chicos que están en la cola detrás de mí empiezan a refunfuñar. No me vuelvo para mirar a Dodie. Sé que entenderá lo que estoy haciendo.
—¿Por qué? —dice la Madre Minka.
Doy un paso hacia delante para estar más cerca de ella.
Esto es algo entre la Madre Minka y yo.
—Usted sabe que los padres de Dodek murieron de una grave enfermedad —le digo—. Bueno, pues Dodek ha decidido que quiere ser médico y dedicar su vida para acabar con todas las enfermedades del mundo. La cosa es que, como futuro médico, tiene que acostumbrarse a la higiene y lavarse bien, con agua caliente y limpia.
Contengo la respiración y espero que Dodie no me haya oído. En realidad él quiere trabajar en un matadero de cerdos y estoy preocupado de que diga algo.
La Madre Minka me mira fijamente.
—Vuelva al final de la fila —dice.
—Él necesita de verdad ser el primero en bañarse cada semana —digo—, como futuro médico que será.
—Ahora mismo —grita la Madre Minka.
No voy a discutir. Con la Madre Minka no puedes.
Las monjas pueden tener un gran corazón y ser sin embargo violentas.
Cuando paso por delante de Dodie me mira agradecido.
Yo le pido perdón con la mirada. Sé que no le molestaría la historia del médico. A él le gustan mis historias.
Además yo creo que él sería un gran doctor. Una vez, después de arrancarle las alas a una mosca, consiguió volvérselas a pegar.
Ay, este suelo de piedra está demasiado frío para ir descalzo.
Eso es otra cosa que Dodie podría hacer en un futuro.
Diseñar sistemas de calefacción para los baños. Apuesto que en el año 2000 todos los baños del mundo tendrán calefacción.
En los suelos y todo. Y habrá robots que quiten las ramitas y la arena del agua de la bañera.
Mira, Borys es el primero en bañarse y el agua ya está marrón. Me puedo imaginar cómo estará cuando finalmente me toque a mí. Estará fría y con más tropezones flotando que los que hay en nuestra sopa.
Cierro los ojos y pienso en los baños que Mamá y Papá solían darme. En frente de la chimenea, con agua limpia y un montón de húmedos abrazos entre miles y miles de cuentos.
No puedo esperar más, quiero otro baño como ésos.
Mamá y Papá, daos prisa.

Sigue leyendo en tu librería... es una historia que merece ser leída, al menos UNA VEZ.

jueves, 22 de mayo de 2008

Lanzamiento - LA LUNA



Ésta es la extraordinaria biografía de la Luna a través de sus mitos, leyendas, estudios y conquistas. Desde que vivía en las cuevas, el hombre ha observado con intriga nuestro único satélite. Esta obra realiza un recorrido por los avances en su conocimiento, que son paralelos al progreso tecnológico de la Humanidad.

Por estas páginas desfilan astrónomos de todos los tiempos, con sus descubrimientos y errores, los mitos de la astrología, el influjo lunar en el comportamiento humano y la competencia de soviéticos y estadounidenses en la carrera lunar que luego abandonaron.

Este libro revisa los mitos y leyendas sobre la Luna. Por ejemplo, es innegable el influjo de nuestro satélite en el ritmo de las mareas, pero ¿es cierto que tiene alguna influencia en nuestro carácter? ¿Y en los ciclos de las cosechas? Y, algo más polémico, ¿tienen algún fundamento las predicciones astrológicas?

David Whitehouse muestra su esperanza en que renazca el deseo del hombre por regresar a la Luna y continuar explorándola. Es también el autor de El Sol: Una biografía, publicado en Kailas.

Biografía autor: David Whitehouse, eminente científico y periodista, es asesor y redactor de BBC News Online, además de escritor de diversas obras en las que muestra una extraordinaria habilidad integradora entre lo científico y lo humanístico. También es un habitual de la radio y la televisión, y ha sido presentador de numerosas series científicas de la BBC TV.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Las baladas del ajo - Presentaciones Madrid y Barcelona


Para nosotros Mo Yan es, de entre el medio centenar de autores publicados en Kailas, el modelo de autor ideal, óptimo. Y constituye todo un honor y un privilegio contar con él en nuestra casa. En muy pocas ocasiones es posible reunir en un mismo autor una calidad que se aproxime a lo sublime y una extraña pero apabullante capacidad para llegar a los lectores de forma masiva. Ése es el verdadero sueño de los editores, al menos de los que nos consideramos independientes y no tenemos que rendir cuentas más que ante nosotros mismos. Y Mo Yan proporciona ese sueño; logra exactamente eso: hacer converger el talento y la notoriedad.


Por eso representa el modelo de autor que todos los que defendemos el libro y las increíbles historias que puede haber dentro, buscamos, ese autor que vive inmerso en el feliz paraíso donde confluyen la más exquisita calidad y una penetración en el mercado más que considerable.
Haber traducido el pasado año Grandes pechos amplias caderas, y ponerlo al alcance de los lectores españoles, ha supuesto un auténtico placer;. Y lo aumenta, por supuesto, estas baladas del Ajo tan completamente, tan deliciosamente, orientales.


Personalmente, admiro con profundidad el a veces frenético y el en ocasiones pausado ritmo con el que Mo Yan maneja sus narraciones, la locura siempre razonada de sus personajes, la forma en la que una y otra vez consigue describir un amanecer o un atardecer, o una noche estrellada, de una forma diferente, y siempre con brillantez, absolutamente alejado de los términos engorrosamente habituales; y me resulta aún más increíble que consiga que las 900 páginas de Grandes pechos amplias caderas a uno le parezcan pocas, y que tema, cada vez que pasa página, que ya quede una menos y que en algún momento pueda ocurrir el gran e irreversible desastre: que se acaben.
Quizá por eso Francisco Solano en su crítica de Grandes pechos amplias caderas en Babelia escribía que ésta no era una novela, no, que era “un novelón, es decir, un lugar en el que permanecer hasta que nos destierre la última página”.
Ése es el destierro más amargo al que puedan condenar al lector. Menos mal que “No hables”, el seudónimo con el que escribe Guan Mo Ye, es un autor poco sometido a él. En Kailas ha publicado dos novelas, pero suman 1.400 maravillosas páginas.
Nosotros en nuestra editorial esperamos superar ese destierro forzoso al que nos envía el autor cuando concluye cada una de sus novelas con una nueva entrega de sus historias.


A mí me parece, además, particularmente importante que obras como las de este autor sigan contribuyendo a enriquecer al gigante asiático; con historias como las que se suceden en Gaomi del Norte, en donde los miembros del Partido a menudo no son héroes; obras en las que las mujeres con frecuencia son valientes y poderosas, y hombres, como Jintong, que resultan unos inmaduros egoístas que no acaban de crecer nunca; con obras como éstas, insisto, China se halla más cerca de ir superando su pasado reciente, un pasado de una complejidad que cuesta entender en Occidente, y va, al mismo tiempo, consolidando su apertura vital al intercambio entre culturas diferentes, de modo que el conjunto de las civilizaciones prosiga su imparable interdependencia desde el conocimiento que otorga la Historia mejor contada, que a menudo es la de Ficción.


Nada es gratuito; escribir es tremendamente complicado, de una complejidad que calificaría de sublime, incluso para talentos como el suyo. Por eso tiene aún más mérito que el autor haya decidido romper con todo lo anterior y buscar nuevas fórmulas, huyendo de la comodidad de hacer una vez más lo que ya sabemos todos que hace magistralmente. Las comparaciones con Kafka, con García Márquez, con Faulkner, son frecuentes, y en mi opinión muy válidas. Las peticiones de que Mo Yan reciba el Premio de la Academia sueca, también.
Pero ahora quizá lo merezca más que nunca, ya que ha decidido abandonar en su último trabajo aquello que ya sabe que hace como muy pocos, y dedicarse a investigar, a innovar, haciendo eso gracias a lo cual la mejor literatura, como la suya, es lo que es, el resultado de experimentos inteligentes ejecutados con la maestría de sabios que no temen jugarse el pellejo literario liderando nuevas tendencias, fruto del análisis, la reflexión y el trabajo, siempre el trabajo, más serios.